Los participantes de GH cometieron varios destrozos en la casa, que llevaron a la producción a intentar sancionarlos, quitándoles la mitad del presupuesto. Pero fue tal la reacción de los "hermanitos", que los responsables debieron dar marcha atrás.
Luego de que la voz de Gran Hermano les anunciara que, debido a los actos de vandalismo cometidos, se quedarían con un monto de dinero reducido para comer, los concursantes reaccionaron furiosamente, argumentando que nunca habían sido avisados, "que con la comida no se jode", y que "se les pedían cosas, mientras la producción no respondía a sus requerimientos; una enfermera y un psicólogo, por nombrar".
En consecuencia, al final del programa, y luego de la expulsión de Ariana, Jorge Rial les comunicó que la sanción sería revertida, que nos les sería quitado el presupuesto, y que  la gente sería la encargada de decidir si merecen ser sancionados o no.

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