Cuando Pol-ka definió que el unitario de este año iría a tener una matriz política, muchos creyeron ver en esta definición un “empujón extra” otorgado por el año electoral. A partir de allí, El puntero, su historia y tratamiento comenzaron a levantar polvareda.
La primera promoción del ciclo utilizaba el término “seguilo” debajo del título en un doble juego dialéctico con el que se le pedía fidelidad al televidente, pero también se le anticipaba lo que luego iría a ver.
Pero de un momento para otro esta bajada desapareció y fue reemplazada por la frase “el unitario que moviliza tus sentimientos”. Tal vez la raíz de este cambio haya sido una cuestión de derechos o meramente de forma, o quizás sea éste el punto de fuga para empezar a indagar los “dimes y diretes”, críticas y adhesiones que se gestaron fuera de la pantalla.
Cuando los temas tratados en ficción no son light, invitar al público a seguir un personaje bastante “non santo” -aunque sólo fuese un mensaje marketinero-, podía llegar a traer una previsible cola.
De hecho “la cola” se formó igualmente el día del estreno y continúa alargándose hasta el día de hoy cuando ya la ficción acumula nueve capítulos.
Mientras Mario Segade, el autor, afirma que se trata de un producto meramente imaginario anclado en un contexto real, con su propio verosímil y sin referencias explícitas a zonas, partidos políticos y personajes específicos de la arena política, otros creen ver en esta propuesta un arma del Grupo Clarín, un ciclo reaccionario y un programa que deja mal parado al Peronismo.
Son los que se niegan a creer en la “inocencia” de poner al aire un material de estas características en medio de la feroz pelea que existe entre la empresa y el Gobierno.
Pero también hay otros que señalan una jugada estratégica, que aprovecha la candencia del tema eleccionario para poner al aire un unitario temático que le otorgue buenos resultados en materia de rating.
Y también hay algunos más que agradecen la existencia de un programa que, a vuestras consideraciones, revela “la cocina” de un micro-mundo político bastante escondido del ojo social.
No obstante, lo más interesante del caso es ver como un ciclo de televisión que se presta a abundar en este ámbito puede generar debate afuera de la tele, y hasta ser protagonista de discusiones entre adherentes y opositores del actual Gobierno, material de estudio de distintos programas periodísticos y libro de cabecera y carne de cañón, las dos cosas al mismo tiempo, de dirigentes y aspirantes que chocan en el escenario político.

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