varios escándalos públicos, la hija de Susana Giménez descansa en la mansión que la conductora tiene en Uruguay acompañada por sus hijos, Lucía y Manuel, y custodiada por un muro anti fotógrafos que le costó a la diva cerca de 200 mil dólares.

Después de haber mantenido un bajo perfil durante toda su vida, Mercedes levantó vuelo y se ganó más de una portada en las tapas de revistas. Primero llegó su pelea pública con la melliza Petardo, Victoria Rodríguez. Allí, la hija de Susana la golpeó e insultó en público luego de descubrir una relación paralela entre la polémica morocha y su por entonces marido, Gustavo Celasco.

El tiempo pasó y, desde su living, Susana intentó poner paños fríos a la situación. Pero la calma no duró mucho y los premios Martín Fierro le regalarían a los fotógrafos nuevas postales del final anunciado. Ella, en un claro estado de ebriedad, lo amenazó ante las cámaras y él, manifestando su disconformidad, cerraba la escena con una cara de clara disconformidad.

La reconciliación llegó y, claro, todos los fotógrafos recibieron la información para retratar el feliz momento. Sin sus hijos, la pareja se instaló en la chacra que tiene en Uruguay para poder disfrutar del incipiente invierno y alejarse de la ciudad y de las morochas peligrosas.

Pero, una vez más, los problemas habrían vuelto a aparecer y, pese a la intervención directa de la conductora, la pareja habría decidido separarse luego de un costosísimo viaje a Europa pagado, claro, por Susana.

Ahora, Mercedes descansa en “La Mary” junto a su madre y a sus hijos. Para evitar la exposición mediática tanto de su hija como de sus nietos, la conductora mandó a construir un muro anti curiosos que le costó al menos 200 mil dólares.