Se la escucha segura, no duda jamás en sus dichos y su mirada transmite firmeza. Por eso, cuesta asociar a Gisele Marchi –la última eliminada de Gran Hermano 2011 y más conocida como Chizo– con la jovencita de 22 años, insegura y con problemas de autoestima, que era antes del reality: “Soy una mujer muy fuerte, pero a la vez eso es una coraza, y debajo de ella hay una persona muy sensible”, reflexiona y explica cuál fue el cambio que desarrolló en el reality: “Mi paso por el programa me ayudó muchísimo con mi autoestima, y ahora me valoro más. Las mujeres somos competitivas por naturaleza, nos arreglamos más para el resto de las chicas que para los hombres. Eso genera mucha presión”, afirma.
–¿Y cómo te ayudó Gran Hermano?
–Cuando entré en la Casa y vi a las chicas, tan lindas y con esos cuerpazos infernales, me sentí una de las más feas del grupo. Pero después, conviviendo con ellas, me di cuenta de que tenía que aprender a valorar mi cuerpo y que no puedo compararme con las demás, sino quererme a mí misma por lo que soy. Por eso, no me afectó cuando, por ejemplo, Solange me criticó. Ella se queja de que la discriminan, cuando hace lo mismo.
–¿Ella alguna vez te discriminó?
–Sí, un montón de veces se rió de mi cuerpo. Siempre dijo cosas superficiales, de las cuales alguna gente hoy se olvida y la ven como una víctima, cuando ella en realidad discriminó infinidad de veces.
–Ella suele quejarse de que Cristian U la maltrata, ¿él te trató mal alguna vez?
–No, eso es un mito. Es cierto que Cris tiene una forma de plantarse, a la hora de discutir, un tanto agresiva, pero no pasa por una cuestión de género, como se dijo, porque lo hace tanto con hombres como con mujeres. Pero me parece que Cris se equivoca al jugar con un poco de soberbia. Igual, sigue teniendo sus fanáticos que lo bancan a muerte.
–Ahora que estás fuera del juego, ¿cuál es tu sueño?
–Para mí, Gran Hermano fue un medio, no un fin, que utilizo para llegar a la actuación, que es lo que yo quiero hacer y en lo que me venía formando. Sé que va a ser como remar en dulce de leche repostero porque no es lo mismo que querer ser vedette o modelo, rubros en los que se te abren puertas más fácilmente con la fama.

–¿Por qué no querés probar suerte con el modelaje o el teatro de revista?
–No es el perfil que quiero dar al público. No haría fotografías osadas ni posaría para Playboy. La sensualidad para mí pasa por otro lado. No critico a quienes lo hacen, pero no lo comparto.
–Dejando lo laboral de lado, ¿cómo es tu presente sentimental?
–Estoy sola y tampoco hay candidatos por ahora. ¿Viste que siempre hay algún huesito dando vueltas? Bueno, ¡no es mi caso! Estoy 100 por ciento sola. Igual, es mejor estar sola que mal acompañada, y más en este momento de crecimiento, porque es difícil encontrar a un compañero que te pueda apoyar sin criticarte o ponerse celoso.

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