La información está guardada bajo siete llaves. Ni el músico ni la actriz pretender que la prensa filtre la intimidad de la conflictiva separación.
Fue fallido el intento de conciliación entre Andrés Calamaro y Julieta Cardinali, quienes se separaron ante la aparición de una tercera en discordia, Micaela Breque.
El prestigioso músico se casó con la actriz en 2010 y ese mismo año disolvieron la unión conyugal sin brindar mayores detalles, aunque con la confirmación de una nueva pareja del músico.
La clave para no llegar a un acuerdo tiene que ver con una importante diferencia monetaria que el músico no estaría dispuesto a abonar.
En la conciliación – según fuentes consultadas – Cardinali habría pedido una suma cercana a los 15 mil dólares por mes para alimentos de la pequeña Charo Calamaro, la hija que ambos tienen.
Además, se habría hecho un pedido por el gasto de Charo en cuanto a la vivienda y estándar de vida que alcanzaría los 40 mil pesos, que se divide en expensas, mucamas y dos niñeras. Asimismo, se hizo un promedio mensual de tarjetas de crédito que alcanzaría los 120 mil pesos.
En resumen, el pedido mensual sería de: 15 mil dólares en alimentos, 40 mil para vivienda (expensas, mucamas y dos niñeras) y 120 mil pesos en promedio de tarjetas.
Por supuesto que no hubo acuerdo ya que la idea de Calamaro era dejarle la vivienda (de un valor de 500 mil dólares) más una cuota alimentaria más acorde a los gastos de la niña y no a los gastos de la madre, según sus allegados.
Aunque durante esta semana la propia Julieta blanqueó que no está de novia, desde el entorno del músico aseguran que la chica sigue en pareja y que durante la última visita a Buenos Aires de su novio los gastos de pasajes y hospedaje salieron del bolsillo del músico. Cardinali fue fotografiada hace varios meses con Juan Carlos Fresnadillo.
En tanto, Andrés pretende que todo llegue a buen puerto y cuanto antes, por lo que le encargó a su abogado, el Dr. Daniel Pardini, que trate de finiquitar el tema, pese a que está muy verde.

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