primera eliminada de Gran Hermano 2011 sufrió una depresión un tiempo antes de entrar a la famosa casa. Con 21 años, vivió momentos difíciles y se animó a contarlo.

“Estuve con depresión, bulimia nerviosa, frustración por no estar cómoda en mi trabajo, y también tuve una pareja con problemas de adicción”, relató la “ex hermanita” en un reportaje con la revista Paparazzi. Rocío posó sugerente para su primera producción y continúa insistiendo con su futura carrera como vedette.

Sin embargo, no se avergüenza en contar sus problemas. “Era chica, no me daba cuenta de las mentiras que me decía mi novio y en encima tenía baja la autoestima. No me sentía linda, y eso era fatal. La pasé mal, estuve un año acostada sin querer levantarme, con licencia psiquiátrica y tomando pastillas a pesar de ser tan joven. Estaba con un cóctel de pastillas todo el día ”, recordó.

Pero gracias a la ayuda de su familia y la fe en Dios pudo pasar el mal trago hace más de un año. “Me operé las lolas en abril pasado y dije: ‘salgo a ganar’. Un cambio que se dio acompañado de terapia e ir a rezar a la Iglesia. Ahora no me angustio por pavadas, ni me pongo a llorar”, agregó.

Sobre su situación sentimental, Rocío reveló que tres días antes de entrar a la casa se encontró con su ex novio y “le movió el piso”. “Creo que yo a él también. Pero no pudimos sacarnos dudas, sólo nos dijimos que nos amábamos y quedamos en charlar. El es celoso y a lo mejor le dolió lo que dije sobre Cristian”, dijo en referencia a la buena relación que entabló con uno de sus compañeros de GH.

De todos modos, la rubia ahora tiene bien en claro que quiere de su vida y así lo expone: “Tengo corazón y alma de vedette. Quiero llegar a eso”.